La explotación de Pozo Ancho es emblemática en el distrito. Entre 1832 y 1843 perteneció al Marqués de Remisa, que se había centrado en el trabajo en esta zona del filón, pero que la abandonó al no poder desaguarla con un malacate, aún empleando gran cantidad de personal. Después pasó a empresarios locales (Sres. Manuel Marín y los hermanos Rodrigo, Antonio y Manuel Alaminos), que el 19 de Noviembre de 1848 la vendieron al adventurer británico Mr. Duncan Shaw, uno de los más prestigiosos ingenieros de minas ingleses que había dirigido la Guadalcanal Silver Mining Association, que se comprometió a desaguarla. Las dificultades que encontró le obligaron a traer una máquina de vapor de bombeo, que es considerada como la primera que se instaló en el distrito. Tenía un cilindro vertical de 30 pulgadas de diámetro, a la que se instalaron bombas de mayor capacidad para trabajar a más profundidad. Hay evidencia de casa para dos calderas y un cabrestante de vapor. En 1861 se sustituyó por una máquina más potente, también Cornish, de cilindro de 60 pulgadas de diámetro y ya en 1883 se modificó para contener una máquina de vapor de bobinado horizontal de dos cilindros, cuyos lechos están donde estuvo el cilindro vertical y la pared de apoyo del balancín aparece acanalada para el paso del doble cable de la cabria. La casa de máquina de bombeo tiene adosado el cañón de chimenea en una esquina. Profundidad 400 metros.
Fotografías: Propias.
Texto: Proyecto Arrayanes